martes, 13 de noviembre de 2012

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 Gordis os pido que leáis esto, y que entendáis que es la manera de la que soy capaz de contaros, porque siempre me a costado sacar lo que llevo teniendo dentro mucho tiempo, y aquí tenéis la respuesta a vuestras preocupaciones, que ante todo, deciros que no son necesarias, no necesito preocupación por mi, tan solo supongo que un poco de ayuda, pues me han obligado a contarlo y tarde o temprano lo iba a tener que hacer: 

Le pedí a Dios que durante esta vida, me formara como persona, que mi mayor petición era llegar algún día a ser alguien que mereciera la pena conocer, y que aportara desde su lugar, lo máximo posible al mundo. 
Después de escuchar mil veces que los problemas nos enseñan, que de los desamores siempre se saca una experiencia, y que con las dificultades nos damos cuenta de quiénes somos y con quien contamos, me doy cuenta, que Dios a puesto en mi camino ambas 3, de manera, que me hacían falta atravesar tantos problemas no sólo porque medio las enseñanzas, experiencias y verdaderas amistades pueda llegar a formarme con unos valores, sino también porque de alguna menera no estaba haciendo las cosas bien, ni me iban de la manera mas adecuada para crecer. Ahora bien, Dios pondrá en el camino de cada uno, aquello que mas necesita para llegar a formarse, pero depende de cada uno de nosotros el que recojamos esos valores, encajemos como designios de Dios todo aquello que no sabemos el porqué y le demos la objetividad de quedarnos con algo de todo ello, y no salir sin valores y mejoras en nuestro carácter; no se trata de ir de puntillas por la vida, sin mojarnos en los problemas, se trata de meter la pata si hace falta hasta el fondo, y así llevarnos con ella la parte buena por muy pequeña que sea. 

Resulta, que si hablamos de meter la pata, yo estoy con medio cuerpo en el fondo de un agujero: Bulimia. No sé como he llegado al punto de estar yendo al centro, un mes allí y sigo sin entender porqué empecé con esta mierda y cómo salir de ella. La verdad que es algo con lo que en esta sociedad estamos familiarizados, pero no es nada comparado con lo que es afrontar el problema cara a cara. No sabemos donde nos metemos hasta que despues de mucho tiempo, en mi caso casi 3 años, llega un momento en que no somos capaces de aguantar la carga durante mas tiempo. Todo empezó con comparaciones, y la bola fue creciendo. Me hubiese gustado decir que éste ha sido el mejor verano de mi vida, como decía cada verano que acababa, pues cada vez eran mejores, pero supongo que he perdido tantas cosas en apenas 2 meses que desearía no haberlos pasado. A estos les llamo designios de Dios, pues supongo que no está en mi mano evitarlos, pero si estudiarlos y de ahí sacar algo para aprender de ellos. 
Hace dos meses la vida para mí prometía: había conseguido controlarme en el tema de la enfermedad, los estudios no iban nada mal, tenía una familia "unida" , unas amigas que cualquiera admiraría y un novio que me quería. De pronto, ése cielo pintado en la tierra se desmorona en unas cuantas semanas. De ahí he perdido todo. Y ahora sí puedo demostrar el hecho que las cosas no se valoran hasta que  no se pierden. En dos meses me he encontrado entre escombros, todo echado a perder, algunas cosas por culpa de mis decisiones improvisadas y de las que luego me arrepiento todos los días por haberme confiado y acabar con cosas que me sustentaban en la vida. Me han demostrado que nada es para siempre, que no sólo aquel que te quiere desde hacía unos meses puede darte la patada y decirte que no eres nada, sino que incluso aquél que juró vida eterna a tu lado desde hacía 20 años puede salir de tu vida como una simple huída. Supongo que ha sido volver a la realidad, a un tiempo de alegría, le tendría que seguir algo de dolor, o eso quiso Dios. El caso es que todo ello me llevó a cerrarme en mí misma, a intentar no transmitir lo que sentía a los demás, solo por intentar olvidar cuando estaba con gente. Y eso hizo que me distanciara de mis amigas supongo. De forma que todo esto, no supe llevarlo de otra manera que en silencio, apoyándome en Dios, pero también llenando ése vacío con la comida y desahogándome de los problemas con la bulimia. 
Llegó un día que llegué a tal punto de descontrol y miedo por lo lejos que esto pudo llegar, que lo conté, fui a mi madre y pedí ayuda, algo que nunca habría sido capaz de hacer de no aver sido por lo difícil que estaba siendo la situación en casa pagando mi malestar con mis padres y en el colegio sin saber como aguantarme llorar a todas horas del día como una amargada de la vida con miedo a lo que pueda pasar el próximo día.
La verdad es que a mí ahora mismo me gustaría poder sacar de nuevo esa sonrisa que yo tenía siempre en la cara, me gustaría hacer reír a mis amigas como siempre hacía, y poder reírnos recordando los mejores momentos del verano, pero a mí ya no me sale tan fácilmente esa sonrisa… No se me ocurren cosas para hacer reír a la gente… Y no tengo ganas de recordar los buenos momentos porque siempre se me vienen a la cabeza los malos… He intentado que no se me note, pero he llegado a un punto en el que es imposible ocultaros, sobretodo a vosotras lo que siento.
Pero sé que todo esto me ha venido, que por una vez vamos a dejar de preguntarnos por el porqué y un poco más el para qué de su llegada a mi vida. Estos problemas han venido y pienso afrontarlos de la forma mas valiente que pueda, o eso intento. ¿Miedo? Mucho, aunque siempre me he centrado en guardar las cosas, encajarlas, y, pasando por desapercibida, afrontarlas. Voy a salir de ésta y sé que estoy en el camino correcto para lograrlo, que éste no se libra de tener complicaciones, pero poco a poco podrán ir siendo superadas.
Quiero superar esto, pero sobretodo de la manera mas discreta posible, porque contarlo es de las cosas que más me cuestan, y tampoco quiero que me pase que la gente opine, o se fije en mí por lo que han oído o esas cosas. Hay problemas muchísimo peores, hay gente mil veces en peor situación, nosé como he llegado a este punto de sentirme a veces tan desgraciada, siendo tan afortunada como soy de poder aprender de esto, y además poder contar con vuestro apoyo, que, aunque siempre lo rechace, es un alivio saber que de alguna manera, esta ahí. 
Me han obligado a contarlo a mis amigas, pero creo que solo sería capaz ahora mismo de deciroslo a vosotras, que sois como hermanas para mí y además creo que no e estado a la altura de amiga en este tiempo. Os quiero muchísimo



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